La defensa de la vida, desde el momento de la concepción es un valor esencial para la sociedad y para el concepto del ser humano. Sin embargo, en los últimos años, diversas ideologías e intereses de organizaciones han creado una campana inusual en la historia y contraria a la ciencia, donde se desconoce el carácter humano de la vida en el vientre materno, y la dignidad inherente del nasciturus, el ser humano en formación, no nacido.
Para comprender la vida, es necesario entenderla como un fenómeno natural, biológico, científico y físico, no ideológico. Esta es la única manera en la que la sociedad occidental ha logrado rápidamente ubicarse en un plano de superioridad ética frente al resto del mundo. Por esto toda ideología que atente contra el fenómeno científico y biológico que representa la vida y que pretenda eliminarla bajo propagandas autodestructivas, debe considerarse un peligro para la sociedad humana. La defensa de la vida requiere en sí el bien integral del individuo por nacer. Pero, más allá de puntos de vistas religiosos o jurídicos, científicamente se puede comprobar cómo, desde el momento de la fecundación, la cual genera como consecuencia la formación del cigoto, la vida humana se abre paso en el mundo real.
La civilización occidental durante la segunda guerra mundial, conoció las implicaciones de las ideologías que relativizaron el concepto de la vida; las sociedades afectadas por estas ideologías, cometieron crímenes, innombrables.
En los últimos anos la sistemática manipulación por parte de medios y organizaciones de izquierda, que busca deslegitimar este concepto de occidente, afirmando que el feto no es un ser humano o que el cuerpo de la madre no es autónomo al cuerpo del no nacido, significa por esto la institucionalización de una “Cultura del asesinato del no nacido”.
En contra de estas ideologías el proceso de crecimiento normal de un bebe, con cada segundo, determina el incremento de su autonomía, frente a la madre; por este motivo, todo bebe como una vida humana nueva lleva su propio código genético desde el momento de la fecundación.
La ciencia occidental, adicionalmente, ha explicado durante décadas como la unión de gametos humanos, crea un nuevo ser, el cual, a diferencia de las ideologías anticientíficas, no solo tiene características diferentes a las de la madre sino que tiene un organismo y un sistema biológico autónomo y en proceso de formación
La vida es un derecho invaluable que debe ser respetado, cuidado y protegido desde la concepción. Porque él bebe es un ser humano distinto. Toda ideología que atente contra este planteamiento científico debe ser denunciada y castigada en la sociedad.